Suena casi violento, pero es de las cosas más obvias: no es suficiente con estar molesto.
En realidad, y por no quedarme corto con las ideas antes de haber comenzado, tampoco alcanza con estar satisfecho, ni feliz.
No se trata de un cubo, no hay caras opuestas que exhibir para demostrar que el argumento tiene un centro.
Más bien, se me ocurre que es una superficie escamosa, que parece ofrecer una referencia, compuesta de diferentes (aunque no tan disímiles) piezas que buscan, simplemente, mantenernos alejados.
Ohh..... Sospecha.... Si surge la posibilidad de alejarse... significa que existe algún tipo de proximidad inquietante.
Alguna característica atractiva se esconde de nosotros, o es escondida por alguien.... Y esa superficie que vamos descubriendo imperfecta, aunque coordinada, empieza a ofrecer la prueba de una voluntad dedicada a obtener para nosotros la ignorancia de... De qué??
Recomencemos el recorrido, para verificar no habernos perdido entre las palabras.
Harto no es suficiente: en mis términos, se refiere a la sensación de estar saturado de algo, de modo que, más allá de la posibilidad de haber creído inicialmente en ese algo, creyéndolo bueno o malo, agradable o detestable, llamativo o indiferente a nuestra pecepción, hemos llegado al punto en que nos ha cansado, se ha excedido en su rol, superó la medida de lo aceptable, y se sitúa exactamente en el lugar de lo que desearía ver desaparecer, en la ilusión de así sentirme mejor.
Suena tonto. Se percibe tonto, Quizás sea... O quizás necesite (como me gusta dibujarlo) ser analizado desde una perspectiva más amplia (día de palabritas ampulosas éste), para tener uno, dos, tres niveles del juego a la vista... Como haría un buen jugador de estrategia: sea ajedrez o ta-te-ti (tres en línea), damas (de todas las nacionalidades) o diálogo simple y puro.
A ver: si siena tonto, puede que, además de tonto, sea poco comprensivo.
Primer punto: qué es lo que harta? Qué es lo que cansa? (Primer paso, levemente al costado, y amplio hacia atrás).
El hartazgo es casi el final de un ciclo (y probablemente, el centro de otro, y hasta el inicio de un tercero).
La oquedad interior que provoca repetir algo hasta que pierde el sentido, como ocurre con una palabra que nace al pensamiento con un significado, pero lo pierde sin que comprendamos dónde o cuándo ha ocurrido si dejamos al animal interior formar un círculo verbal y encerrarnos en él.
Entonces: lo que harta es el sinsentido. La repetición de algo que nos era indiferente, lo ha elevado a la categoría de algo presente, consciente en mayor o menor medida.
Me refiero a ser consciente de algo, a percibirlo, aún sin consentir (ahora hablo de aceptar) .
Para recuperar los pasos: Comencé harto de algo, saturado, sin tener claridad del hecho, y voy comprendiendo que, en parte, soy responsable por no haberlo analizado, no haber sabido poner los pies fuera del círculo (realmente vicioso) que permite que lo que me molestaba se oculte en la rutina de ser ignorado.
Suena rebuscado, pero es la historia de un día normal: algo me molesta, está mal visto reaccionar con una negativa rotunda a algo que aún no tiene tanta importancia.
Así funcionan las leyes. No puedo reclamar que, de avanzar sin frenar, porque creo que no está atento, un conductor distraído probablemente me dañará.
Debo ignorar sus causas, actuar a la defensiva, planear evasivamente, para que su distracción no cruce mi camino, y su camino no me deje accidentado.
Decido ignorar el tema, porque nada parece aportar al tema mi molestia interior, hasta que me cansa el esfuerzo.
Lo mismo si toca esforzarse en el trato diario.
Y se repite con el maltrato de las esferas de poder, que me obligan a mecerme como un alga, al son de sus pretenciones, sus caprichos, sus negocios, vanidades, vicios, y violencia para con quienes no tienen más remedio que dejarlos actuar.
Ya estamos cansados de algo que va asomando a la conciencia.
Y el rayo de luz que creía que iluminaría la comprensión, inicia a la vez una revulsión interna contra esto, ya más concreto, contra lo que sé de antemano que no puedo pelear (no al menos si deseo mantener los escasos privilegios que creo disfrutar).
Comienzo a discutir en mi fuero interno cuándo creí que mi posición fuera en algo ventajosa, y con respecto a qué.
Sé (porque aún no ha pisado el subsuelo de la estupidez) que hay quienes están muchísimo peor en miles de aspectos, que lo sufren más injustamente... que hay quienes (por millones) están al borde de la inanición, y otros tanto que ya lo han superado y dejaron este lugar...
Comienzo a discutir conmigo qué es lo que me hizo pensar en sostener esto, sus condicionamientos, sus exigencias, al punto de cuasi negar lo negativo, las víctimas.
No basta: Cuando la causa se encierra en sí misma, cuando el río no desemboca, cuando el silencio se acrecienta, surgen los vicios en la conducta, los ríos subterráneos, la violencia interior sin destinatario a la vista.
La negación, al mejor estilo del big-bang, provoca una explosión difícil de controlar, en un momento difícil de prever, con un alcance inimaginable, más allá de futuras calmas y subsiguientes tormentas.
La negación, al mejor estilo de una batería que se recarga a sí misma, se repite en su accionar.
Pero tampoco los desplantes sin concierto ni control resuelven la causa primigenia: no aumentan la comprensión del problema, ni revierten sus consecuencias, a la vez que transforman el hartazgo en una herida labrada con la daga de la comprensión a medias.
...
Hora de dar otro paso, de poner otro nivel de distancia enre nosotros y el efecto, buscando abarcar algo que, hasta acá, parece sonar como música de fondo, confundido por las propias palabras.
De qué estaba hablando? Qué es lo aún no nombrado que flota en todo lo dicho?
........ la acción ........
Llegué del hastío a la conciencia de una causa, y en el dolor de notarla genneré alguna reacción, pero me asaltó la noción de estar en un camino perdidoso.
una reacción desmesurada, descontrolada, mal dirigida, es una acción que no me satisface.
Aquí, por primera vez, me animaría a habla de CONCIENCIA.
Ahora sí CONSENTIRÍA con gusto en ver con más detenimiento las causas "reales" que han conseguido tanta reacción ignorante de orígenes y destinos.
Empezaría por ver que, en la raíz de estas cadenas, siempre hay personas.
Aún no me animo a alejarme otro paso... Creo que no tengo la habilidad para ver esto desde más lejos.
Sin embargo, no pienso detenerme a enjuiciar la naturaleza humana, sus vicios y justificaciones, mis miedos y traiciones.
Sí iniciaría la gimnasia con una aceptación de las reglas de juego al viejo estilo: no me quedaré en tu camino por ver si me atropellas, porque no perderé el tiempo en la tonta ilusión de reclamarte haberme dañado.
Sólo que ahora cambió el nivel de juego, porque conozco un infinitésimo más del qué y el cómo me siento.
Y estoy más lejos del hartazgo, simplemente por no haberme humillado incondicionalmente a repetición con lo que no deseaba ver.
Es cierto que aún se ve poco, aún se soportan cosas, aún se está en riesgo, pero todo ocurre en un universo más comprensible.
El paso siguiente... el paso que sigue, quizás sea algo más esotérico, más relacionado a creencias superiores, a destinos por cumplir, a creencias que aunar.
Quizás, incluso, haya varios pasos, más pequeños, o con más sustancia, que deban nacer de lo íntimo antes de ofrecer algo de luz.
Felices próximos pasos.